viernes, 18 de julio de 2014

Oración


A vosotros, dioses que pululáis por el aire dentro del aire, dioses que envidiáis al mortal si es feliz y os cebáis en él si la desgracia le clavó sus garras, a vosotros que favorecéis a los poderosos y los ricos y permitís, cuando no los ayudáis con vuestro fétido aura, que aplasten y opriman a los débiles y desfavorecidos por la fortuna, esa fortuna que repartís injustamente como quien arroja un puñado de confetis al aire, a vosotros que jugáis con nosotros como si fuésemos marionetas o piezas de un ajedrez enloquecido, a vosotros os digo, os grito a la cara que sólo merecéis mi desprecio, que vuestro ocaso está próximo. Y os reto, os reto con la sola protección de mi coraza, el amor, con mi única arma, el amor, con mi única estrategia, el amor. Y con la esperanza de que, si bien he de pagar con aún más dolor del que me habéis infligido, mi atrevimiento, vuestra derrota es posible. Pues David venció a Goliat y una legión de hormigas o mosquitos puede acabar con un elefante o un león. Imploro al Espíritu Santo para que me asista. Y os maldigo, demonios que envenenáis la vida. Amen.

miércoles, 16 de julio de 2014

La luz rota


Ando ahora escribiendo una novela cuyo título provisional es “La luz rota”. Como introducción, lleva un poema de Félix Morales Santos, mi hijo, muerto hace año y medio, en el que expresa sentimientos que me hacen llorar y que dieron lugar al texto que escribo poco a poco. El poema dice:


Da igual, un poco, todo. 
La hojarasca que resuena,
que cruje en los pies. La sombra
y el dibujo de luz sobre la ropa
de invierno.
Da igual, un poco, todo.
Otra última despedida avara,
tibia el agua en la sopa. La sal ya
no se toma, cándida malla la tez
de la carne.
Un poco da igual, todo.
Da igual que llores, que rompas,
da igual cuando estallas. La mano
acurruca un puño de arroz
y lo echa todo al puchero.
Da todo un poco igual.
Un poco de frío, un poco de ejercicio,
un poco de asfixia en el olor
del cobre caliente. El tesoro
empieza a brillar.
Da igual, un poco, todo.
Otro gemido, el turmoil
de los ponys en la alameda. Un poco
de fibra en los dientes; todo
el mundo en su mundo.
El mundo en el de todos.
Da todo un poco igual.
Félix Morales Santos


miércoles, 9 de julio de 2014

La falsa moneda


No. Este no es un post machista. El vídeo de Imperio Argentina es sólo un guiño humorístico. De lo que realmente quiero hablar en esta entrada es de como aumenta día a día la falsificación de dinero en España. No sé si también en otros países. Supongo que sí. Un día sí y el otro también se detienen redes de falsificadores de euros, dólares y otras divisas. Se veía venir con la crisis. En las compras que he hecho últimamente suelen pasar el billete que entrego por una maquinita de rayos infrarrojos. Y es que han llegado a tal nivel de perfección los falsificadores que la marca de agua ya no es garantía de autenticidad. Lo son unas manchitas de colores que sólo aparecen bajo este tipo de luz. Ya se las arreglarán para incorporarlas también. Un tendero me comentaba el otro día que un hombre al que le habían colado en la calle doscientos cincuenta euros falsos fue a un banco a ingresarlos y lo denunciaron. Es decir. No sólo es delincuente el que falsifica sino también el estafado que intenta utilizar esa moneda sin saber que es falsa. ¿Y cómo demuestra que se la endilgaron y no la falsificó él? Es de locos. Y poniéndonos ya en plan conspiranoicos, ¿quién nos dice que no es un plan para acabar con el dinero tradicional, establecer las tarjetas y luego acabar con estas e implantarnos el famoso chip en la piel que marcará nuestra capacidad de consumo de bienes? Porque de lo que estoy seguro es de que detrás de los falsificadores de poca monta hay grandes potentados, sus jefes, los jefes del mundo, los que nos tienen jodidos con la crisis. Así que cuidadito con el billete que recibís. Últimamente menudean de lo lindo los falsos. Sobre todo, al parecer, los de veinte euros.  O tempora, o mores. ¡Qué carajo, que vamos pa abajo!