miércoles, 31 de octubre de 2012

TEORÍA DEL CAOS

Nuestras acciones, aún  cuando sean impremeditadas, ignoran el alcance de sus consecuencias. Manoteamos como náufragos en el caldo de nuestra existencia generando olas que producirán otras a su vez. Nada está perdido ni es inútil. Cada brizna de vida colabora con la vida. Nada es despreciable. Del agua cenagosa nace la flor del  loto. Y el más vago de todos los tirados diseña un destino.

Aquellos que por orgullo de su propio pasar, que siempre es circunstancial, anecdótico, contingente, desprecian a otras manifestaciones de la vida, están ciegos, ignoran los espejos que los rodean, sumergidos en la gran oscuridad del no saber de su nihilidad, esa máxima luz olvidada.