jueves, 14 de marzo de 2013

SEAMOS REALISTAS


Si alguien, y más un ser querido, tu mujer, un hijo, te dice, implícita o explícitamente, “me estoy poniendo en tus manos” y tú se lo comentas a alguien y te dice: “No hagas caso, te está chantajeando”. ¿A quién debes hacer caso? A ninguno. Debes hacer caso a tu corazón. Ahí está el verdadero Dios que te habla. Hazle caso a él. Y no te equivocarás. Puede que inmediatamente creas que te has equivocado. Pero la vida es un laberinto travieso que da vueltas y vueltas. Y, al final, descubrirás que hiciste lo correcto. Haz siempre lo que el corazón te mande. Si un mendigo te pide limosna y tus ideas políticas te dicen que no debes dársela porque es obligación del Estado atender a esas personas con un trabajo y una vida digna, aunque tu razón lleve razón, haz lo que te mande tu corazón. Eso he pensado siempre y eso pensaba cuando escribía este pequeño post. Como decía Séneca: “Ars longa, vita brevis”. O Pascal: “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma?”. Así que, como pedía Bretón, “Seamos realistas, pidamos lo imposible”. Suerte y amor para todos.

lunes, 11 de marzo de 2013

LA VIDA COMO JUEGO


Los surrealistas llamaban a la vida “Le grand Jeu”. Y, efectívamente, la vida está llena de reglas, pruebas y situaciones azarosas que van marcando la senda. Y está reflejada en multitud de juegos, por no decir en todos. Surge este post de mi último proyecto que, ya desde antes de iniciarse, o incipientemente iniciado, va encontrando sus obstáculos. Me refiero a un peregrinaje por El Camino de Santiago. Ha sido en la preparación de esta dura caminata equiparada con “El juego de la Oca”, y dicen que inventado (yo digo que más bien retomado) por los templarios, cuando he recordado que, de forma casi intuitiva, escribí y publiqué un artículo sobre dicho juego en mayo de 1983. No tenía yo entonces ni idea de simbología ni de la dimensión simbólica de lo lúdico. Hoy afirmo, con Salustio, que “El mundo es un objeto simbólico”. Y tal afirmación no deja fuera, naturalmente, al juego. ¿Qué es el juego de Damas sino una lucha lúdica entre el bien y el mal? ¿Que es el juego de la peonza o el trompo sino una forma de reproducir el girar del mundo? Y, de forma especialmente prístina muestra su lección el Juego de la Oca. Que me va marcando las pautas para iniciarlo y terminarlo o esperar tumbado a la sombra de la existencia, hasta que el destino me lo indique.


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