Probablemente, una de las dudas que más
fastidia al sufrido escribiente castellano es el fonema velar fricativo sordo
cuando antecede a una “e” o una “i”. ¿Cómo se escribe? ¿”G” o” J”? ¿Coger o cojer?
¿Garage o garaje? ¿Giménez o Jiménez? Pues mire usted hasta dónde puede llegar
la duda que este apellido existe en sus dos versiones, con G y con J iniciales.
Y es que se trata exactamente del mismo sonido, carajo (ahí no ha lugar a
hesitación, ¿ven?, porque la j de carajo
es el fonema del que estamos hablando mientras que la g de carago –americanismo referido a un árbol de la familia de las
Papilionáceas, con flores rosadas, dispuestas en racimos, y frutos provistos de
celdillas que contienen una especie de melaza -¡qué bonito! ¿eh?-, es su primo
oclusivo sonoro.Quiero decir que se trata de la velar oclusiva sonora-). Así que si van ante A, O y U, no hay
problema. Ya sé que hay que escribir caja;
lo otro sería una suciedad. El conflicto surge (¿Ven?, ¿ven? That is the
question. He aquí el dilema: ¿surge o surje? Pues surge. Yo lo sé porque soy
muy leído. Pero ¿y los demás? ¿Eh?, ¿eh?). El problema surge (¡o surje, coño!),
decía, ante la e y la i. Tanto que escritores de muchísimo fuste, y no sólo uno
(y no, por supuesto, sólo el pobre estudiante de secundaria o la auxiliar
administrativa que se pinta las uñas en vez de leer e informarse de las reglas
gramáticales como sería su obligación) sino varios -¿o más?- han protestado
explícitamente e implícitamente de tal arbitrariedad ortográfica. Ya sé que la
ortografía ha de ser, en más o menos medida, arbitraria. Pero que los señores
de la R.A.E. eliminen en la última reforma de la ortografía la obligatoriedad
del acento diacrítico en el adverbio “sólo”, que sí tiene sentido, y que dejen
esto de la g y la j, creo que estará haciendo pegar brincos a Juan Ramón Jiménez
en su tumba. Él, que siempre escribió con J (en todos sus poemas y demás
textos) lo que sonaba como VELAR FRICATIVA SORDA, dijo, más o menos, que
escribía con J lo que sonaba como J porque desde pequeño había consultado un diccionario
de su abuelo en que así figuraba la cosa y, sobre todo, porque le divertía
mucho hacer irritar a los académicos. Como a mí.
1 comentario:
Querido amigo Félix:
Usando de un neopositivismo trasnochado en la época de primacía del uso, la RAE quiere evitar cuidadosamente cualquier "contaminación" entre los diversos niveles de la lengua, que, pese a este nefasto cientismo factualista que confunde, por ejemplo, países con empresas, se interpenetran, sin que quepa ya la solución "salomónica" de extirpar la semántica, como si de un cuerpo extraño se tratase.
De este modo, la nueva e hipertrofiada edición de la Ortografía -siempre se dijo que la vana hinchazón es el mayor de los defectos del lenguaje-, recomienda suprimir la tilde sobre el adverbio "sólo", aduciendo que el signo diacrítico debe responder exclusivamente a criterios fonéticos, dado que el adjetivo "solo" también presenta carga entonativa, al constituir un lexema.
A mi modo de ver, lo que debería primar es el criterio de buscar el mayor grado de significación y, analógicamente, un menor nivel de ambigüedad. Nos vendrán con aquello de que "el contexto, etc.".
Quizás algún día comencemos a "to spell".
Un abrazo muy fuerte de tu siempre amigo:
Agustín M.ª
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