En esta época de crisis en la que el
mundo parece hundirse en una vorágine sin remedio bajo la tiranía de los
llamados “mercados” y de sus lacayos los políticos, relatos de corte romántico
y/o heroico muy antiguos, cobran vigencia y actúan como metáfora. Aunque Robin Hood no debe ser ya una persona
sino el pueblo todo unido contra el infame Sheriff de Nothingam. Los Caballeros
de la Tabla Redonda deben ser el pueblo unido que busca el Grial de la solución
a la enfermedad social impuesta por los tiranos supermillonarios y sus perros
guardianes. Ellos, esos tiranos, sus perros guardianes, son los dragones que
hay que vencer y los enigmas que hay que resolver. Los tres mosqueteros deben
ser todo el pueblo unido contra el malvado Cardenal Richelieu, Milady de Winter
y el Conde de Rochefort. Connotaciones ideológicas o sociopolíticas de aquellas
épocas aparte, esos relatos sirven perfectamente para nuestros tiempos.
Que aquellos perfiles idealistas nos
sirvan para despertar, renunciar a egoísmos mezquinos y, cruzando espadas,
gritar como Athos, Porthos Aramis y D’Artgnan:
“¡Uno para todos y todos para uno!”. Que así sea.
2 comentarios:
bien dicho, justo cuando los acontecimiento semejan un remolino centrífugo que expulsa y separa a los ciudadanos
saludos
Saludos,Omar. Gracias por comentar. Y sí. O nos unimos todos en esta lucha común contra el mal o vamos a estar bien jodidos. Nosotros, lo que no importa tanto. Pero, sobre todo, nuestros hijos y nietos.
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