domingo, 2 de marzo de 2014

ESPADA TEMPLARIA


Esto es una espada templaria. Fue un regalo que hice a mi hijo. Hoy, después de muchos años, la encuentro entre cosas perdidas. ¿Qué quiere decirme? Igual que el mirlo que cada noche y cada mañana viene a cantarme, ¿qué quiere decirme? Lucho con mi mente que se revuelve como una culebra. Pero la espada sigue ahí, serena, un tanto oxidada por el tiempo. Y el mirlo insiste. Tal vez la espada diga: “Lucha, corta las cadenas que te atan”. Y el mirlo: “Canta, canta a la vida que siempre sonríe por dura que sea”. Y yo, tonto, tonto, miro a la espada, oigo al pájaro, no creo en nada, recuerdo, recuerdo… y me sirvo otro vaso de whisky.
¿A quién sirve el Grial?

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