sábado, 26 de febrero de 2011

POESÍA EN LA DISTANCIA

Desde hace años Pedro Javier Martín Pedrós, viejo amigo, poeta y optimista luchador existencial, lleva adelante una aventura de poesía colectiva en la que versos y vida establecen una red de vasos comunicantes a través de publicaciones que son punto de convergencia entre poetas de las más diversas partes del mundo. Desde su primer encuentro con la poesía, allá por los años setenta, Pedro Javier la entendió no como una escalera a la gloria sino como un ámbito para el amor, la libertad, la pelea por la justicia y el canto gozoso de la vida. Desde tal pureza ha seguido ejerciéndola siempre, con la inocencia de un niño que juega y con la dignidad de quien sabe la responsabilidad que conlleva convertir un trozo de madera en reflejo de la belleza arquetípica o un montón de palabras en poema.
En su proyecto “Poesía en la distancia” acoje, aúna, hermana, en libros como “Viaje Inesperado”, “Poesía en la distancia”, “Sin dejar señales” o “Abrazos de náufrago”, a poetas muy distintos y distantes bajo el conjuro de lo que todos ellos tienen en común: la poesía. Prescindiendo por una vez de banderías, tendencias y rivalidades, los diferentes autores que se dan cita en los espacios de papel gestados por Martín Pedrós, abordan la creación de obras colectivas, trabajando fraternalmente codo con codo al servicio de la expresión poética, cuyo carácter de instrumento de comunicación queda doblemente manifiesto en este caso. 

jueves, 24 de febrero de 2011

Samba pa ti

Ruta de Sevilla al Rompido. Primer día primaveral. Carretera en obras. Olor a asfalto. Radio 3. Santana. Samba pa ti. Recuerdos de México. Sueño.

martes, 22 de febrero de 2011

LIBERTAD

Oh Adán, no te he dado ni un lugar determinado, ni un aspecto propio, ni una prerrogativa peculiar con el fin de que poseas el lugar, el aspecto y la prerrogativa que conscientemente elijas y que de acuerdo con tu intención obtengas y conserves. La naturaleza definida de los otros seres está constreñida por las precisas leyes por mí prescriptas. Tú, en cambio, no constreñido por estrechez alguna, te la determinarás según el arbitrio a cuyo poder te he consignado. Te he puesto en el centro del mundo para que más cómodamente observes cuanto en él existe. No te he hecho ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal, con el fin de que tú, como árbitro y soberano artífice de ti mismo, te informases y plasmases en la obra que prefirieses. Podrás degenerar en los seres inferiores que son las bestias, podrás regenerarte, según tu ánimo, en las realidades superiores que Son divinas.

Discurso sobre la dignidad del hombre

domingo, 20 de febrero de 2011

POSESIÓN POÉTICA

Hay una tercera clase de delirio y de posesión, que es la inspirada por las musas; cuando se apodera de un alma inocente y virgen aún, la trasporta y le inspira odas y otros poemas que sirven para la enseñanza de las generaciones nuevas, celebrando las proezas de los antiguos héroes. Pero todo el que intente aproximarse al santuario de la poesía, sin estar agitado por este delirio que viene de las musas, o que crea que el arte sólo basta para hacerle poeta, estará muy distante de la perfección; y la poesía de los sabios se verá siempre eclipsada por los cantos que respiran un éxtasis divino.
Fedro. Platón

sábado, 12 de febrero de 2011

Número 19 de "El fantasma de la glorieta"

Tras mucho tiempo sumido en el letargo, acaba de hacer su decimonovena aparición "El fantasma de la glorieta". Con un click en la imagen de abajo puede accederse a su apasionante lectura.

jueves, 3 de febrero de 2011

La noche del cazador

Una de las películas que más me han gustado, con gran diferencia, es The night of the hunter, La noche del cazador, la única dirigida por Charles Laughton, el excepcional actor de Testigo de cargo. Y, dentro de ella, aunque todo el film es un magnífico alarde de dramatismo (inolvidable la interpretación de Robert Mitchum), sensibilidad y técnica cinematográfica, la escena de los niños en el río forma parte, ya para siempre, de mi imaginario personal y no creo exagerar si afirmo que también de las secuencias cumbre del séptimo arte.
En medio de una noche impregnada de onirismo, John y Pearl huyen del malvado predicador en un bote que surca las aguas bajo un extraño cielo estrellado. Desde la orilla contemplan su paso, en primer plano, animales constituidos en símbolos: una araña, un sapo, dos conejos, un búho, una tortuga… Todo es inquietante e intensamente poético. Las canciones van hilando y subrayando la narración. Desde la melancólica y alusiva tonada de la niña,
Once upon a time there was a pretty fly
He had a pretty wife this pretty fly
But one day she flew away
Flew away
She had two pretty children
But one night these two pretty children
Flew away, flew away
Into the sky, into the moon,   
hasta la que canta una mujer tras la jaula del pájaro o la que, lejana, triste, terrorífica, anuncia al alba la presencia del perseguidor. Belleza, misterio, magia, poesía. Una cinta imprescindible que convirtió a su artífice, ella sola, en uno de los más geniales (si no el que más) directores norteamericanos.  

miércoles, 2 de febrero de 2011

INTERVIÚS


X Entrevistaba gente. No era periodista, ni encuestador, ni psicólogo, ni abogado, ni juez, ni policía. Pero interrogaba a la gente.
-¿Acerca de qué?
-Acerca de lo que ellos quieran.
-Supongo que con un interés sociológico.
-No, no, sociológico no. Nada de sociológico.
-Entonces, ¿qué interés tiene?
-Mucho, tiene mucho interés, mucho.
Lo afirmó taxativamente, sin más explicaciones y sin dejar el más mínimo resquicio a la duda, como si hubiera dicho que el aire es un estado gaseoso de la materia.
-¿Puede ponerme algún ejemplo?
-Sí, claro, claro que sí.
Y guardó silencio. Yo también, esperando que retomase su discurso, me callé un rato. Al fin, insistí.
-¿Y…?
-¿Y qué?
-El ejemplo que me iba a poner.
-Vamos a ver. Seamos rigurosos. Usted no me ha pedido que le ponga un ejemplo. Me ha preguntado si puedo ponerle algún ejemplo. Y yo le he contestado que sí. ¿Ve? Esto es lo que me fastidia de ustedes, los entrevistadores profesionales. Su falta de rigor. Yo jamás incurro en semejante error. Bueno, alguna vez. La verdad es que muchas veces, casi siempre si quiere. Pero no se debe, ¿eh? No se debe. Mire, por ilustrar el asunto, ayer mismo entrevisté a un matador de cucarachas.
-A un exterminador de insectos.
-No. A un matador de cucarachas. Este señor mata única y exclusivamente cucarachas.
-Su empresa está especializada en las cucarachas. Curioso.
-No, ¿qué empresa? Él mata cucarachas.
-Bien. ¿Y qué métodos emplea? ¿Insecticidas? ¿Trampas?
-El zapato. Ese método emplea. El zapato.
No dejó intervenir a mi estupefacción.
-En realidad, es contable. Pero eso es sólo un hobby por el que le pagan. Su verdadera vocación es matar cucarachas. Él va, por ahí, por donde sea, ve una cucaracha y ¡zas! La aplasta con el zapato. No se le escapa ni una, oiga. Cucaracha vista es cucaracha muerta. Me contaba que, hace ya algún tiempo, paseaba por una Avenida de Madrid una preciosa noche de verano iluminada por el plenilunio, cuando allí, a escasos cinco metros, divisó las vacilaciones de una cuyos élitros brillaban bajo la luz lunar. El bichito no sabía si tirar hacia una zona boscosa que se encontraba a su izquierda o hacia una boca de alcantarilla que había a su derecha. El cazador observaba, alerta, casi con la postura de muestra de un pointer o un perdiguero. Como buen cazador, intentó ponerse en la mente del coleóptero, anticiparse a sus reacciones. Entre intuitivo y racional, dedujo que algún impulso atávico la llevaría hacia las cloacas. Si hubiera sido un ciervo, un tigre, incluso un conejo, habría elegido el parque. ¿Pero una cucaracha? Estaba claro. El insecto corrió cual estrella fugaz hacia la alcantarilla y se perdió bajo la tapa. Pero ¿renunció el perseguidor por eso? No. No señor. No renunció.
X volvió a guardar silencio.
-¿Y qué más?
-Pues ya está.
-¿Qué ocurrió con la persecución de la cucaracha?
-No lo sé. En ese momento justo se interrumpió la entrevista porque una cucaracha pasó por allí y mi entrevistado salió corriendo tras ella. No volví a verlo.
-Bueno. ¿Y eso que me acaba de contar qué ilustra?
-¿Cómo que qué ilustra? ¿Ve? Esto es lo que me fastidia de ustedes los entrevistadores profesionales. Son demasiado rígidos. No se debe ser tan inflexible hombre. Hay que dar vuelo a la espontaneidad.
Ilustró este aserto con un movimiento de alas de los brazos.
-¿Y qué piensa usted de…?
-¿Quiere otro ejemplo?
-No iba a pedírselo. Pero sí. Si es tan amable.
-La semana pasada entrevisté a un ornitólogo.
-Bien. ¿Y qué le contó?
-Que se levantaba todos los días a las ocho de la mañana.
-¿Y qué más?
-Nada más. Sólo eso.
-¿Y eso tiene el más mínimo interés?
-Por supuesto que sí. No pase tan alegremente por encima de los detalles, del contexto. Fíjese que le he dicho “todos los días”.
Y reforzó alzando la voz ese “todos los días” como demostrando que eso dotaba a la declaración del estudioso de los pájaros de una peculiaridad incontrovertible.
-Bien. ¿Y qué piensa hacer usted con todo este material que está compilando?
-Un libro, un libro sin precedentes en la historia de la humanidad.
-Bien, bien. ¿Y qué criterios tiene usted en cuanto, por ejemplo, la amplitud de la muestra?
-¿Perdón?
-Que a cuanta gente piensa entrevistar.
-A todos.
-¿Cómo que a todos?
-Sí, sí. A todos los habitantes del planeta.
-Pero eso es imposible.
-Completamente. Ni aunque tuviese mil vidas. Fíjese que, aún en el supuesto teórico de que viviese miles de años, el crecimiento demográfico es más veloz que mi realización de la tarea, cada segundo nacen miles de nuevos seres humanos en la tierra a los que no podría dejar fuera. Me lo impide mi proyecto.
-Pero, entonces, nunca podrá culminarlo.
-No. Nunca.
-Es absurdo.
-Efectivamente.

martes, 1 de febrero de 2011

CUENTO CHINO



Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Tzu que había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Tzu.